domingo, 11 de mayo de 2014

NO MÁS VIOLENCIA OBSTÉTRICA


Quizás muchos y muchas no hayáis oído hablar de este término. Porque, ¿qué consideramos violencia obstétrica? Es un término tan subjetivo como objetivo. Subjetivo ya que nos hemos acostumbrado a muchos de los procedimientos rutinarios y los consideramos normales pero, ¿realmente son necesarios? ¿por qué cuando una mujer no quiere someterse a ellos es obligada por “protocolo”?¿No es violencia conseguir, que una madre ceda a los deseos del equipo médico, argumentando que está poniendo en peligro la vida de su bebé?
Maniobra de Kristeller
Mutilaciones genitales con episiotomías innecesaria (hay gran cantidad de estudios que demuestran su falta de utilidad) ….Mujeres dando a luz con sus piernas atadas a un potro para que “no molesten”……Aceleraciones del parto de bajo riesgo sin consentimiento de la mujer…….Enfermeros y enfermeras empujando sobre la barriga para acelerar la salida del bebé…..Cesáreas programadas para la comodidad del equipo médico….Comentarios en el momento de parto como: No grites, que bien que te gustó cuando lo hiciste……Separar al bebé de su madre nada más nacer cuando no hay ningún problema de salud….. Con todo esto, las mujeres reciben un mensaje claro: MI CUERPO NO PUEDE PARIR A MI BEBÉ, ES MÁS, ESTOY PONIENDO EN RIESGO SU VIDA. Esto no sólo deja una huella difícil de borrar, sino que dificulta la posterior crianza. Se ha demostrado que mujeres con partos demasiado intervenidos tuvieron posteriormente más problemas para establecer la lactancia y hay un mayor índice de depresión postparto.

Mujer con piernas atadas al potro

La legislación venezolana  describe la violencia obstétrica como:
“La apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud, que se expresa en un trato jerárquico deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres".

¿Y por qué todo esto?

Pues porque el parto se plantea como una carrera de obstáculos en el que tenemos que cumplir unos tiempos no como un proceso fisiológico que lleva su propio ritmo dependiendo de cada mujer. Y si los tiempos no se cumplen hay que acelerarlo (oxitocina, episiotomías, cesáreas, maniobras de Kristeller,..). Y las mujeres deben comportarse bien en estos momentos y saber que todo lo que se hace es por su bien. ¿Cómo vamos a permanecer quietas, tumbadas si nuestro cuerpo se está abriendo poco a poco para facilitar la salida de nuestr@ hij@? Necesitamos movernos, gritar, llorar, reir, dejar que todo fluya, en pocas palabras: dejarnos llevar.
Es cierto, que en algunos casos todas estas intervenciones pueden salvar vidas y es incuestionable recurrir a ellas, pero en muchos de ellos no. En España, la tasa de cesáreas ronda el 25%, cuando lo recomendado por la OMS es un 10-15%. La tasa de episiotomías es de un 82,3% cuando la OMS recomienda un 20%. La maniobra de Kristeller (empujar la barriga para que salga el bebé) está desaconsejada por la OMS, ya que no aporta ningún beneficio en el acortamiento del expulsivo y sí aumenta el riesgo de rotura uterina y de enclavamiento del hombro en la sínfisis púbica. Sin embargo, se sigue practicando con bastante frecuencia en la mayoría de los hospitales, aunque en pocos casos queda reflejado en el informe del parto.

¿Cómo podemos hacer que esto cambie?

Es muy importante que la mujer embarazada o la pareja se informen de todos los procedimientos que se pueden llevar a cabo en un parto, de sus riesgos y beneficios. Y con todo esto elaboren su plan de parto, donde dejen claras sus preferencias para posteriormente presentarlo al equipo médico que va a atender el parto. Que en todo momento estén informados de los procedimientos que se van a seguir y den su consentimiento para ello.

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