jueves, 17 de julio de 2014

Epidural, ¿sí o no?




Todas las mujeres que han estado alguna vez embarazadas se han hecho esta pregunta.  A simple vista, parece una pregunta inocente, ¿voy a soportar el dolor del parto?¿O prefiero la anestesia? Pero la utilización de la epidural encierra mucho más.
Se le ha considerado una gran revolución en el proceso del parto, pero no es oro todo lo que reluce. Cierto es que reduce y/o elimina los dolores del parto, pero también tiene efectos secundarios. Por lo tanto, es importante valorar pros y contras antes de decidirse por utilizarla en el parto.
La epidural o anestesia peridural es un anestésico local que bloquea las terminaciones nerviosas en su salida de la médula espinal. Por lo tanto, se anestesiará la zona del cuerpo que corresponde a los nervios que han sido alcanzados por el anestésico local inyectado. Fue descubierta en 1921, por un médico militar, natural de HuescaEspaña.
Su uso más común es para bloquear el dolor durante el parto, pero también se utiliza en intervenciones quirúrgicas tales como operaciones de la pierna, pelvis o genitales.
Lo más recomendable y también habitual, es ponerla cuando el parto ya está instaurado, es decir, cuando las contracciones son regulares e intensas, hay entre 3-4 cm de dilatación y el cuello del útero está borrado al menos a la mitad.
No se suele administrar antes ya que la epidural puede afectar a la dinámica del parto, ralentizándolo o incluso, deteniéndolo.
También existe un límite de dilatación para administrarla. Si se han alcanzado ya los 8 cm, no se suele administrar ya que, el tiempo de los preparativos, sería prácticamente el mismo que el que se tarda en alcanzar la dilatación completa.
Como toda intervención médica, conlleva una serie de riesgos. Es muy importante informarse de ellos antes del momento del parto.
  •           Reacción alérgica a la anestesia empleada
  •      Sangrado alrededor de la columna vertebral (hematoma)
  •      Dificultad para orinar.
  •      Caída en la presión arterial: Normalmente, se administran gran cantidad de líquidos vía venosa antes de administrar la anestesia.
  •      Infección en la columna vertebral (meningitis o absceso) en el lugar de punción.
  •      Dolor de cabeza fuerte provocado por una punción accidental en la duramadre (membrana que recubre la médula y las raíces nerviosas).

Además, interfiere en el proceso del parto:
·         Reduce la producción de oxitocina, con lo que también se reducen las contracciones y, en muchos casos, es necesario administrar oxitocina sintética.
·         Adormecimiento de los músculos del suelo pélvico, que ayudan a guiar la cabeza del bebé hacia la salida. Además, al disminuir la movilidad materna, al bebé le cuesta más encontrar el camino fácil para salir. Hay un aumento de partos instrumentales.
·         Tanto la dilatación como el expulsivo se hacen más largos, lo que conlleva agotamiento en la madre y el bebé.
·         Alteración de la frecuencia cardíaca fetal, relacionada directamente con la bajada de presión arterial en la madre. Si, además, se hace uso de oxitocina sintética, la frecuencia cardiaca fetal puede resultar muy alterada.
·         La madre deja de producir endorfinas, ya que ella no sufre dolor. Pero el bebé sí que sufre dolor y no recibe las endorfinas de la madre que le ayudarían a hacer el proceso más llevadero.
·         Posibilidad de sufrir fiebre en el parto. Esto conlleva la aceleración del proceso ya que puede confundirse con una infección.
Y de cara a la lactancia:
·         El bebé está adormilado por la anestesia que ha recibido de su madre, le cuesta más engancharse al pecho y lo hace con menos intensidad.
·         Aumenta el edema en el pecho, el agarre es más difícil al estar las mamas en tensión.
·         El calostro no tiene endorfinas para paliar el dolor del parto. El bebé puede estar dolorido por el proceso.

Para más información, os recomiendo el artículo: Epidural: riesgos y preocupaciones para la


Fuentes:

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