Todas las mujeres que han estado alguna vez embarazadas se
han hecho esta pregunta. A simple vista,
parece una pregunta inocente, ¿voy a soportar el dolor del parto?¿O prefiero la
anestesia? Pero la utilización de la epidural encierra mucho más.
Se le ha considerado una gran revolución en el proceso del
parto, pero no es oro todo lo que reluce. Cierto es que reduce y/o elimina los
dolores del parto, pero también tiene efectos secundarios. Por lo tanto, es
importante valorar pros y contras antes de decidirse por utilizarla en el
parto.
La epidural o anestesia peridural es un
anestésico local que bloquea las terminaciones nerviosas en su salida de la
médula espinal. Por lo tanto, se anestesiará la zona del cuerpo que corresponde
a los nervios que han sido alcanzados por el anestésico local inyectado. Fue
descubierta en 1921, por un médico militar, natural de Huesca, España.
Su uso más común es para bloquear el dolor durante el parto,
pero también se utiliza en intervenciones quirúrgicas tales como operaciones de
la pierna, pelvis o genitales.
Lo más recomendable y también habitual, es ponerla cuando el
parto ya está instaurado, es decir, cuando las contracciones son regulares e
intensas, hay entre 3-4 cm de dilatación y el cuello del útero está borrado al
menos a la mitad.
No se suele administrar antes ya que la epidural puede
afectar a la dinámica del parto, ralentizándolo o incluso, deteniéndolo.
También existe un límite de dilatación para administrarla.
Si se han alcanzado ya los 8 cm, no se suele administrar ya que, el tiempo de
los preparativos, sería prácticamente el mismo que el que se tarda en alcanzar
la dilatación completa.
Como toda intervención médica, conlleva una serie de
riesgos. Es muy importante informarse de ellos antes del momento del parto.
- Reacción alérgica a la anestesia empleada
- Sangrado alrededor de la columna vertebral (hematoma)
- Dificultad para orinar.
- Caída en la presión arterial: Normalmente, se administran gran cantidad de líquidos vía venosa antes de administrar la anestesia.
- Infección en la columna vertebral (meningitis o absceso) en el lugar de punción.
- Dolor de cabeza fuerte provocado por una punción accidental en la duramadre (membrana que recubre la médula y las raíces nerviosas).
Además, interfiere en el proceso del parto:
·
Reduce la producción de oxitocina, con lo que
también se reducen las contracciones y, en muchos casos, es necesario
administrar oxitocina sintética.
·
Adormecimiento de los músculos del suelo
pélvico, que ayudan a guiar la cabeza del bebé hacia la salida. Además, al
disminuir la movilidad materna, al bebé le cuesta más encontrar el camino fácil
para salir. Hay un aumento de partos instrumentales.
·
Tanto la dilatación como el expulsivo se hacen
más largos, lo que conlleva agotamiento en la madre y el bebé.
·
Alteración de la frecuencia cardíaca fetal,
relacionada directamente con la bajada de presión arterial en la madre. Si,
además, se hace uso de oxitocina sintética, la frecuencia cardiaca fetal puede
resultar muy alterada.
·
La madre deja de producir endorfinas, ya que
ella no sufre dolor. Pero el bebé sí que sufre dolor y no recibe las endorfinas
de la madre que le ayudarían a hacer el proceso más llevadero.
·
Posibilidad de sufrir fiebre en el parto. Esto
conlleva la aceleración del proceso ya que puede confundirse con una infección.
Y de cara a la lactancia:
·
El bebé está adormilado por la anestesia que ha
recibido de su madre, le cuesta más engancharse al pecho y lo hace con menos
intensidad.
·
Aumenta el edema en el pecho, el agarre es más
difícil al estar las mamas en tensión.
·
El calostro no tiene endorfinas para paliar el
dolor del parto. El bebé puede estar dolorido por el proceso.
Para más información, os recomiendo el artículo: Epidural: riesgos y preocupaciones para la
madre y el bebé: https://www.crianzanatural.com/art/art116.html
Fuentes:
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