Aunque cada vez que pensamos en una mujer dando a luz nos la imaginamos tumbada boca arriba en una cama, esta posición dista mucho de ser la más idónea para
parir. Va contra la gravedad, la pelvis queda totalmente inmóvil,….
Entonces, ¿de dónde viene entonces esa tendencia?
En Occidente, como en el resto del mundo, las mujeres parían en posición vertical. Esto cambió cuando el rey Luis XIV de Francia dispuso que, para poder él presenciar el nacimiento de sus hijos, sus mujeres debían dar a luz acostadas. Aunque esta postura hace más difícil y doloroso el parto, pronto se generalizó, y los médicos franceses tuvieron que inventar los fórceps para evitar algunas de sus consecuencias.
En poco tiempo se multiplicaron los instrumentos obstétricos, y se llegó a creer que el parto siempre era una urgencia que exigía atención médica para que se desarrollase sin complicaciones.
En la actualidad, muchas mujeres son conscientes de las ventajas de otras posiciones para parir ya que permiten su libre movimiento y hacen que el parto sea más corto.
No existe una posición ideal para parir, cada mujer debe adoptar las posiciones que le hagan sentir más cómoda y dejarse llevar por su instinto en cada momento, como afirma Michel Odent, obstetra francés y uno de los defensores más destacados del parto natural. De esta libertad de movimiento también surgió la idea de parto en el agua, ya que, dejando que sus pacientes actuasen como quisiesen durante la dilatación, muchas de ellas optaron por sentarse en bañeras de agua caliente para mitigar los dolores.
Los conocimientos actuales de fisiología han demostrado que el parto vertical- de pie o en cuclillas- permite que el nacimiento del bebé sea más rápido y menos traumático. Sin embargo, no existe una postura universal para dar a luz. En muchas comunidades, las parturientas primerizas se guían por el consejo de mujeres más experimentadas.
A continuación, podéis ver las ventajas e inconvenientes de las posturas más utilizadas en el expulsivo.
En Occidente, como en el resto del mundo, las mujeres parían en posición vertical. Esto cambió cuando el rey Luis XIV de Francia dispuso que, para poder él presenciar el nacimiento de sus hijos, sus mujeres debían dar a luz acostadas. Aunque esta postura hace más difícil y doloroso el parto, pronto se generalizó, y los médicos franceses tuvieron que inventar los fórceps para evitar algunas de sus consecuencias.
En poco tiempo se multiplicaron los instrumentos obstétricos, y se llegó a creer que el parto siempre era una urgencia que exigía atención médica para que se desarrollase sin complicaciones.
En la actualidad, muchas mujeres son conscientes de las ventajas de otras posiciones para parir ya que permiten su libre movimiento y hacen que el parto sea más corto.
No existe una posición ideal para parir, cada mujer debe adoptar las posiciones que le hagan sentir más cómoda y dejarse llevar por su instinto en cada momento, como afirma Michel Odent, obstetra francés y uno de los defensores más destacados del parto natural. De esta libertad de movimiento también surgió la idea de parto en el agua, ya que, dejando que sus pacientes actuasen como quisiesen durante la dilatación, muchas de ellas optaron por sentarse en bañeras de agua caliente para mitigar los dolores.
Los conocimientos actuales de fisiología han demostrado que el parto vertical- de pie o en cuclillas- permite que el nacimiento del bebé sea más rápido y menos traumático. Sin embargo, no existe una postura universal para dar a luz. En muchas comunidades, las parturientas primerizas se guían por el consejo de mujeres más experimentadas.
A continuación, podéis ver las ventajas e inconvenientes de las posturas más utilizadas en el expulsivo.
Para visualizar estas posiciones pincha aquí.
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